En uno más de sus cuentos, <ins datetime=”2017-06-28T08:50:15-03:00″>Clarice Lispector nos hace pensar en conceptos muy simples; tan simples que no nos detienen a diario en la reflexión y sin embargo nos estremecen de sólo leerlos.
La ternura, el género, el paso del tiempo, la diversidad cultural, las diferencias de clase…
Todos esos conceptos reunidos en la pequeña (gran) existencia de un pollito.
El amor y sus límites, la muerte, los excesos… Y esa ”animalidad” que planteaba Clarice, que hace a los seres más buenos.
Lo cotidiano se vuelve extraño. A veces un tanto doloroso para quien lee. Sufrimiento adulto que describe la autora. Y siempre su reflexión. Quizás no aprendizaje, quizás si lo sea.
Los sentimientos más íntimos de Clarice Lispector son simples y comunes a todo el que la lee. Pero ella los metaforiza de modo que estremezcan. Y estremecen.
Es eso que nos ofrece ”el otro desconocido” (Ofelia,
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